Metas que espera cumplir la nefrología al 2020
El desarrollo de la nefrología tiene que seguir avanzando en el mundo, sobre todo en los países subdesarrollados, donde hay alta carencia de nefrólogos y acceso a terapias sustitutivas, falleciendo incluso muchas personas en comunidades de África por no recibir tratamiento de una falla renal aguda.
Ante este paupérrimo escenario en tantas partes del planeta, el presidente de la Sociedad Chilena de Nefrología, el Dr. Carlos Zúñiga San Martín, invitó a soñar a los asistentes del congrego de la especialidad que se celebró conjuntamente con la Sociedad Chilena de Hipertensión en noviembre de este año.
"Esta realidad tiene que cambiar, aunque parezca ahora una utopía, pero así ha vivido el humano en su historia, con sueños", expresó haciendo alusión al poema de Neruda "Cada mañana de mi vida traigo del sueño otro sueño".
Es la meta —precisó— a que llamó fijarse para el 2020 la Sociedad Internacional de Nefrología, basada en la responsabilidad social que debe adquirir nuestra especialidad. "Por eso los insto en nuestro trabajo diario a plantearnos sueño y metas para atraer también a las nuevas generaciones", dijo.
El presidente de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión (SLANH), el doctor Juan Fernández Cea, también se sumó a la meta del 2020 para la región, expresando que para esa fecha la oferta de tratamiento sustitutivo será de 900 pmp y con un número promedio de nefrólogos de 20 pmp.
Aunque en América Latina ambos valores son aún insuficientes y muy variados, durante 1991 -2010 se ha crecido. Según informó el representante del SLANH, en 1996 la prevalencia del tratamiento sustitutivo era de 176 pmp, con 8 nefrólogos pmp; en 2010, dicha prevalencia fue de 610 pmp, con 154 nefrólogos. Es decir, la prevalencia de reemplazo renal se multiplicó por tres, mientras que el número de nefrólogos por 1.75.
En Chile el número de nefrólogos pmp es de 7.7, con una prevalencia de tratamiento sustitutivo cercana a 1.060 pmp.
Durante el evento, hubo especial discusión sobre la formación de nefrólogos en América Latina debido a su disparidad. No obstante, se mencionó la necesidad de cursar tres años de medicina interna antes de ingresar a la programa de entrenamiento en nefrología, con una recomendación también de tres años de duración.
El doctor Juan Fernández Cea, destacó asimismo la importancia de que los programas de nefrología incorporen rotaciones por centros de atención primaria de salud o de medicina comunitaria.
La realidad de dos médicos chilenos, quienes fueron consultados, los doctores Paula Horta y Jaime Lastra, ambos de la Unidad de Diálisis del Hospital Regional de Concepción, evidenciaron sus propias limitantes en la formación de nefrología.
Paula Horta, especialista en medicina interna e intensiva, señaló que se está autoformando en nefrología, porque para hacer la especialidad tiene que migrar a Santiago. "Estamos en un círculo vicioso. A los pocos nefrólogos que hay no se les paga lo suficiente y están sobrecargados y, a la vez, hay poca motivación para formar más especialistas", expresó.
El Dr. Jaime Lastra, médico general, señaló "siempre estamos atentos a los llamados por nuestro pacientes en diálisis o quienes recibirán trasplantes. No estamos previniendo, sino atendiendo a pacientes etapa 3 y 4 de la enfermedad renal crónica".
El sistema de becas de nefrología, a su juicio, lo desmotiva más. "Debería aumentar el puntaje por mis años de experiencia", dijo, con la aprobación total de su colega en esta materia.
Walter Evans, otro entrevistado y uno de los dos nefrólogos que hay en Copiapó, insistió en que debería aumentar el número de becas y los centros formadores de la especialidad en el país.